lunes, 25 de mayo de 2015

Charla-coloquio con los presos del Centro Penitenciario de Albolote

El jueves día 21 de mayo, después del recreo, tuvimos el placer de que cinco presos de la prisión de Albolote, entre ellos una mujer, nos contaran sus experiencias en el interior de la cárcel y el contacto que tuvieron con las drogas en una vida para ellos, ya lejana. Todos habían acabado de una forma quizás similar.

El primero fue un hombre que empezó robando cosas insignificantes y que cada vez fue a más, se metió en el mundo de las drogas y por lo tanto siguió robando para consumir. Finalmente,fue atrapado por la policía y encarcelado.

La historia del segundo hombre fue muy
parecida a la del primero, el mundo de las drogas lo absorbió, y empezó a robar para poder permitirse el consumo de éstas.




La siguiente en contar su vida fue la mujer, que era una chica joven cuando empezó a consumir drogas y no lo dejó hasta varios años después. Como no se podía permitir su consumo montó junto a su marido un puesto en su casa, donde estuvo vendiendo durante un tiempo, pero la policía la pilló y todo se acabó. Estaba embarazada de ocho meses y llegó a un acuerdo con la policía para poder tener a su hija fuera. Cuando la tuvo no quería ir a la cárcel por lo que estuvo en busca y captura durante seis meses aproximadamente pero, más tarde, convencida por su madre, ingresó en prisión.

La charla la continuó un narcotraficante que fue el único que no había consumido drogas. Explicaba su vida con lágrimas en los ojos y parecía revivir el momento en el que fue apresado. Sus palabras nos marcaron:
-¿A quién no le gusta el dinero fácil? Nunca debes perder o ignorar a las personas que te quieren, pues solo ellas son las que están en los momentos verdaderamente duros y difíciles.

En último lugar habló un hombre joven que debido a las drogas estaba preso por intento
de homicidio.

Fue una de las mejores charlas; nada aburrida y muy interesante. Y agradezco en mi nombre y en el de todos mis compañeros que aquellas cinco personas dedicaran parte de su tiempo para enseñarnos, aconsejarnos y quizás, en parte, educarnos mostrándonos los peligros que pueden presentarse en nuestras vidas. Muchas gracias.

Aroa Rodríguez Rodríguez, alumna de 3º de ESO B.

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